¿Por qué no es aconsejable la dieta Whole 30?

La dieta Whole 30 está de moda, ya que promete una pérdida de peso en tan solo treinta días mediante la supresión de una serie de grupos de alimentos y la introducción de algunos nuevos.

Ha sido creada por las nutricionistas Melissa Urban y Dallas Hartwig, que en su libro El método Whole 30. Treinta días para cambiar tu vida, explican que se puede adelgazar de forma rápida.

El Método Whole 30 propone consumir fruta, verdura, carne magra, huevo, pescado y marisco, pero eliminar por completo los fritos, los procesados y el alcohol.

También supone la supresión de diferentes grupos de alimentos, como los lácteos, las legumbres o los cereales. Esta dieta se basa en potenciar el consumo de proteína de origen animal y de frutas, pero también propone restringir el consumo de cereales y otras fuentes de hidratos de carbono.

La nutricionista Susana León no está de acuerdo con el Método Whole 30 y explica que esta dieta «aplica restricciones absolutamente innecesarias en adultos sanos».

León comenta: «La dieta Whole 30 me parece una propuesta radical, agresiva nutricionalmente y que pretende poner remedio en treinta días a hábitos poco saludables que se han ido adquiriendo a lo largo de los años».

Ella no está de acuerdo con la dieta Whole 30, porque «restringe un grupo de alimentos tan altamente nutritivo como las legumbres, que deberían incorporarse en cualquier dieta saludable gracias a su alto contenido en proteínas de origen vegetal, fibra y carbohidratos de absorción lenta».

Para la nutricionista, la eliminación de las legumbres en una dieta saludable «solo estaría justificada en contadas ocasiones por motivos concretos de salud, pero nunca en individuos sanos».

Ocurre algo parecido con los lácteos. «La eliminación de los derivados de la leche solo tiene sentido si existe una prescripción médica por motivos de salud, pero en ningún caso en una dieta. Hay que tener en cuenta que eliminarlos, así como restringir la ingesta de cereales integrales, no va a suponer ninguna mejora para nuestra salud», señala la experta.

A la dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles, le sorprende que se permita la ingesta de zumos de frutas. «Los azúcares presentes de forma natural en los zumos de frutas se convierten en libres cuando se consumen licuados, ya que se elimina la fibra, de manera que su consumo debería ser ocasional», dice Beatriz.

Esta dieta incorpora productos exóticos, como es el caso de los aminos de coco. Este jarabe compuesto de savia de cocotero y sal es un sustituto de la salsa de soja.

“La Whole 30 no es un modelo de dieta que se pueda trasladar con facilidad a nuestro país, ya que la salsa de soja ni siquiera es habitual en nuestra cocina. De hecho, aquí tenemos el aceite de oliva, que puede aportar los mismos beneficios que los aminoácidos de coco desde la proximidad y reduciendo el impacto ambiental», explica Susana León.

Recopilando más datos sobre esta dieta, quería saber si es aconsejable comer tres veces al día, ya que Whole 30 prohíbe realizar cinco ingestas.

Los nutricionista de ICOA resolvieron mi duda, ya me aclararon que un mayor número de comidas al día no está asociado con una reducción del peso.

Comer cada cuatro horas permite poder hacer pequeñas ingestas controladas, y así evitar ir acumulando hambre durante el día. Los expertos aconsejan que no te saltes las comidas, porque llegarás con más hambre a la siguiente.

Necesitamos mantener cinco comidas con desayuno, dos tentempiés saludables a media mañana y media tarde, una comida completa y una cena ligera.

Es importante que la dieta se adecúe a las necesidades de cada persona. «Se trata de que haya un equilibrio de nutrientes y calorías a lo largo del día que sea adecuado para nuestros ritmos y nuestras necesidades. Se ha demostrado que limitar ingestas no tiene sentido», expresa León.

No se recomienda perder mucho peso en poco tiempo, ni seguir prohibiciones radicales. Según el nutricionista Pablo Ojeda, se trata de “escoger alimentos saludables el 85% del tiempo, pero reservar un pequeño porcentaje para esos momentos en los que, por diferentes motivos, nos pueda apetecer, llegado el caso, tomar algo menos sano”.

«Se trata de un plan de alimentación muy restrictivo y, por lo tanto, difícil de llevar a cabo y de mantener en el tiempo. La ausencia de hidratos en la dieta hace prácticamente imposible practicar ejercicio físico ya que son el principal aporte de energía», informan desde el periódico digital Okdiario.

Algunos nutricionistas no están de acuerdo con la restricción de esos alimentos. Además, no es
aconsejable perder 10 kilos en un mes.

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