Tocados y pamelas triunfan en las bodas

Pamela

Cuando nos invitan a una boda, es para deslumbrar. Una bonita pamela, un llamativo tocado contribuyen a ello. Tocados y pamelas siguen de actualidad.

No he visto tantas pamelas juntas como en la boda del príncipe Harry y Meghan. Fue en el 2018, han transcurrido 6 años, como pasa el tiempo. Y cuantas cosas han sucedido desde entonces. Ha muerto la reina Isabel, el padre del novio ha sido coronado Carlos III de Inglaterra a los 64 años, la edad de ir pidiendo la jubilación. Harry y Megan han renunciado a la asignación de la corona británica y el recién casado ha destapado los trapos sucios de la monarquía inglesa en un libro que se ha convertido en un best seller internacional.

Pero a lo que vamos. Toda la plana mayor de la realeza europea acudió a la celebración luciendo una pamela en la cabeza. Toda, no. La delegación española no se dejó seducir por tan insigne complemento. Y eso que España siempre ha sido de llevar algo en la cabeza. Sombreros de ala ancha en el sur y chapelas en el norte. Pero, bueno, parece que ese privilegio está reservado para hombres.

En la boda de mi primo José Antonio, mi prima Rosalía, se puso una gran pamela de paja con flores rosas en la corta copa del sombrero. Ella, como su tocaya, nunca pasa desapercibida. Mi otra prima, Merche, la de Torrejón de Ardoz, adornó el moño de su cabello con un tocado de flores y rejilla. Un aire muy goyesco. En mi familia somos tradicionales, clásicos. Nada de llevar adornos extravagantes. Pero las más atrevidas del clan no desperdiciaron la ocasión para lucir curiosos accesorios.

Y es que pamelas y tocados son los complementos femeninos más deslumbrantes para una boda. Lo llevan siendo en los últimos 200 años. Más todavía que el bolso. Si a caso rivalizan con los zapatos de tacón.

Como veremos a continuación, tocados y pamelas siguen marcando tendencia.

Las pamelas más elegantes.

La tienda online Sevillana de complementos para celebraciones Vinda Store Selecction dice en su página web que para ser la invitada perfecta, nada mejor que lucir una bonita pamela. Los distribuidores recogen las últimas tendencias. Unos modelos que tienen un marcado carácter andaluz. Pamelas de paja natural que se asemejan a un sombrero cordobés. Con una ala ancha y plana de 45 centímetros de diámetro y un combinado de flores artificiales para adornar el frontal de la copa. Para más inri, estas exóticas pamelas se llevan en la cabeza colocada de medio lado. Tapando en diagonal, la mitad de la cara.

He visitado varias revistas de moda, y para este año, las pamelas de paja han desplazado a las tradicionales pamelas de tela. Adornadas con flores, con un discreto lazo o con una gran pluma de faisán.

Las pamelas de paja son de color natural, también las puedes encontrar tostadas o teñidas en negro. El modelo de inspiración flamenco triunfa en todo el mundo. Siguiendo su ejemplo, algunos fabricantes han optado por presentar Cheruvinas, un trenzado de paja que recuerda a los sombreros mexicanos, pero con la copa terminada en un corto cilindro, en lugar de un cono. Todos estos sombreros elaborados de manera artesanal.

Para las amantes de las pamelas tradicionales, aún encontramos grandes pamelas de tela con la copa formada por una media esfera. El ala de la pamela suele ser plana y rígida, sin caer, ni ondular hacia abajo. Algunos fabricantes dan la opción a las clientas de personalizar el modelo. Eligiendo el color, la tela y los adornos.

Tocados para sentirte como una aristócrata. 

Para darle un toque de glamour a tu look de ceremonia, la revista Vogue Spain nos propone recurrir a los tocados. Un estilismo que realza el peinado y que aboga por estimular la imaginación. En cuanto a los tocados tenemos una mayor variedad, pero sobre todo imperan los toques exóticos del mundo.

Un tocado sencillo, que queda vistoso y combina bien con cualquier conjunto, es el turbante de tela de lunares. Principalmente en color negro. Un gran pañuelo que ofrece diferentes posibilidades.

Pronovias nos sugiere un pequeño tocado en blanco que recuerda un sombrero chino. Solo que fabricado en una ligera tela de tul salpicada con lunares negros.

Los tocados de plumas de inspiración en los locos años 20 siguen de actualidad. Unos tocados que rememoran los años del charlestón. Se presentan con una cinta en la frente o con un casquete inclinado hacia la izquierda con la posibilidad de añadirle un velo transparente que nos cubre media cara.

Con un aire hippy, o tal vez inspirado en la imagen que tenemos de Frida Kahlo, tenemos diademas de flores rojas, que colocadas en la cabeza, el soporte pasa desapercibido.

Como en esto de la moda hay gustos para todos, algunas marcas optan por rescatar modelos clásicos. Como los tocados de rafia con la forma de bandeja, adornados con un lazo a juego. Un look muy del estilo de Jacqueline Kennedy. O los casquetes de paja con flores frontales que conservan un aire al uniforme que en otros tiempos llevaban las azafatas de vuelo.

Si estás dudando entre llevar un tocado o una pamela, el tocado es más pequeño y más discreto. Permite lucir mejor el peinado, ya que se integra  perfectamente en este, dándole un toque de acabado. Como contrapartida, la pamela, además de decorar, nos protege del sol.

La atención recae en la cabeza.

La revista Elle remarca que los complementos para el pelo y la cabeza reclaman con fuerza su papel en la indumentaria de las invitadas a las bodas. Tocados, sombreros, diademas y lazos cobran una presencia importante en la indumentaria de cualquier invitada que desee lucirse en una ceremonia nupcial.

Lo hemos visto en las pasarelas y durante todo el año se han trasladado a las bodas civiles y religiosas que se han celebrado por lo ancho y largo del territorio nacional.

Dior y Giambattista Valli nos sorprendieron en la pasarela de París con la incorporación de los lazos en la cabeza para sus colecciones de primavera – verano. Lazos pequeños o largos, colocados en la parte de atrás de la cabeza o sobre ella y que siempre representan un bonito adorno del peinado.

Chanel y Valentino recurrieron a las diademas. Decoradas con una gran flor en el lateral o dejando caer un velo de rejilla negro transparente sobre el rostro.

Los tocados tipo plato también se han dejado ver sobre las grandes pasarelas de moda de este año. Grandes marcas como Armani y diseñadores emergentes como Maison Margiela o Robert Wun han recurrido a este complemento en algún momento, integrándolo en sus propuestas estéticas de manera elegante, en coherencia con la tela de la indumentaria.

Por último, y como hemos dicho antes, las pamelas de paja, las empezamos viendo en las pasarelas y se han hecho tendencia en las ceremonias nupciales de todo el mundo. Pamelas que nos recuerdan un sombrero cordobés o el sombrero de un gaucho, y que la diseñadora Lidia F. Díaz las presentó en la Madrid Fashion Week, ilustradas con motivos vegetales, y rematadas con grandes plumas de ave.

Un complemento británico que se extendió por todo el mundo.      

Los elegantes sombreros de paja de ala ancha y bajos de copa era un accesorio habitual entre las mujeres de la nobleza británica en el siglo XVII. Se los ponían para salir a pasear por sus amplios jardines. Hacia mediados de aquel siglo fueron conocidos como sombreros de  Gainsborough, ya que el pintor Thomas Gainsborough realizó varios retratos de damas de la alta sociedad de la época ataviadas con este sombrero.

En 1740, el escritor inglés Samuel Richardson publica la novela “Pamela o la virtud recompensada.” Su protagonista, Pamela Andrew, llevaba un sombrero de este tipo para dar sus largos paseos vespertinos. Razón por la cual, este tipo de sombrero se popularizó pronto con el nombre de pamela.

Las bodas realizadas por los nobles británicos se realizaban por completo al aire libre. En los jardines de sus haciendas. Allí se celebraba desde la ceremonia religiosa hasta el banquete con los invitados y el baile que ponía fin a la fiesta. Por esta razón, no era extraño que las invitadas fueran ataviadas con grandes sombreros para protegerse del sol.

Para diferenciar estos sombreros de ceremonia con aquellos que usaban a diario, los adornaban con flores y ramas o hacían que los sastres les confeccionaran uno con la tela de sus vestidos. Es por esta razón que las pamelas se convirtieron en un complemento habitual en los enlaces nupciales.

Un símbolo de elegancia que se ha extendido por todo el mundo. Aunque las bodas tradicionales, como sucede en nuestro país, se celebren de manera diferente. En España, la ceremonia religiosa siempre se ha celebrado dentro de la iglesia. Y la comida en un salón engalanado. Esto no impide que las invitadas culminen su look con una pamela o con un tocado.

Unos accesorios que se reinventa cada cierto tiempo y que no dejan de estar de moda.

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