El deterioro neurológico es uno de los más temidos por las personas. Cuando estas células se degeneran por la razón que sea, los desórdenes, sacuden al resto del cuerpo y, por supuesto, la mente. Las enfermedades neurológicas con curso degenerativo como el Alzheimer, la demencia o la esclerosis en cualquiera de sus tipos, asustan al más valiente. Si bien es cierto que la mayoría de las enfermedades, resultan inquietantes y provocan miedo a padecerlas.
Sin embargo, cuando hablamos de neuronas, ese miedo ante lo desconocido hace acto de presencia y se incrementan los temores naturales ante la enfermedad. Las enfermedades neurológicas, son aquellas que afectan al sistema nervioso central, lo que viene a ser, al cerebro, la columna vertebral y todo el entramado de nervios que las conectan. Padecer alguna dolencia que afecte a esta parte esencial del organismo causa gran temor a la sociedad, a pesar de que se trate de un tipo de enfermedad muy común. Lo más conveniente es conocerlas para ponerse en manos de los profesionales de la salud en caso necesario.
Los especialistas encargados de tratar estas enfermedades de carácter neuronal y nervioso, no son otros que los neurólogos. Centros especializados como Nea y el equipo del Dr. Casariego, tienen como objetivo principal, ofrecer la atención más completa a los pacientes con enfermedades que se relacionen con el sistema nervioso. Por lo que en caso de encontrarse con algún síntoma relacionado con ellas, es vital acudir a los especialistas para realizar un diagnóstico adecuado y recibir el tratamiento correspondiente.
Es muy común que este tipo de enfermedades se relaciones con factores de riesgo como la genética, la edad o el estilo de vida de las personas que las padecen. En este sentido, llevar unos hábitos de vida saludables como la realización de ejercicio físico, mantener una dieta equilibrada o evitar el consumo de alcohol y tabaco, pueden ejercer en cierto grado, a modo de medida preventiva. Pero solo, hasta cierto punto.
Trastornos neurológicos, más de los que imaginamos
Las enfermedades de carácter neurológico afectan a unos siete millones de españoles. Esto quiere decir que hay muchos más tipos de trastornos neurológicos de los que podemos imaginar y se dan más casos de los que pensamos. Por lo que se trata de enfermedades muy habituales que afectan al sistema nervioso central y periférico. Lo que viene a ser el cerebro, la médula espinal, los nervios craneales, el sistema nervioso autónomo, las raíces nerviosas, la placa neuromuscular y los músculos.
Dado que afectan a tantas partes del organismo, no es de extrañar que existan más de seiscientas enfermedades neurologías entre las que podemos señalar los siguientes tipos:
- Enfermedades que se deben a genes defectuosos como la distrofia muscular o la enfermedad de Huntington.
- Enfermedades degenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
- Enfermedades de los vasos sanguíneos que abastecen el cerebro, como el derrame cerebral.
- A consecuencia de problemas en el desarrollo del sistema nervioso, como la espina bífida.
- Causadas por lesiones en el cerebro o la médula espinal.
- Trastornos convulsivos como la epilepsia.
- Tumores cerebrales.
- Infecciones como la meningitis.
La lista es más que amplia y las enfermedades pueden variar en gravedad, sintomatología y pronósticos. En función de la enfermedad concreta que se padezca el pronóstico puede variar, aunque cabe señalar que suele tratarse de enfermedades con cierta gravedad. Casos como las enfermedades degenerativas como el Alzheimer, pueden ser bastante serias y poner en riesgo la vida del paciente. Del mismo modo, sucede con las enfermedades provocadas por una genética defectuosa, en la que un diagnóstico rápido puede ser la clave de una evolución más favorable.
Cuando se trata de trastornos convulsivos como la epilepsia, el pronóstico puede ser más favorable, puesto que con un tratamiento adecuado pueden desaparecer los síntomas. En casos como hemorragias cerebrales, el pronóstico puede incluir el riesgo de mortalidad, por lo que cuentan con una consideración de gravedad importante. Los tumores cerebrales, se definen como enfermedades graves con pronóstico reservado, dado que pueden variar en función del caso.
Cada enfermedad cuenta con sus síntomas propios. La sintomatología, puede producir tanto un exceso como un déficit de actividad neuronal en cualquier parte del organismo. No obstante, algunos de los síntomas comunes que se pueden identificar son los siguientes:
- Dolor de cabeza.
- Pérdida de fuerza o adormecimiento de una extremidad.
- Mareos.
- Desmayos y pérdida de consciencia.
- Problemas de memoria.
- Dificultades cognitivas.
- Problemas de habla.
- Problemas de visión.
- Temblores, espasmos y contracciones involuntarias.
La aparición de cualquiera de estos síntomas o una combinación de ellos, puede ser claramente una alerta. Si se dan estos problemas, lo más posible es que se esté sufriendo algún tipo de trastorno neurológico al que hay que prestar la atención necesaria.
Existen diversas pruebas médicas que se pueden realizar para diagnosticar la posible enfermedad. Este tipo de pruebas pueden variar a razón del grado de afectación y la parte del sistema nervioso a valorar. Algunas son mínimamente invasivas, en tanto que otras, resultan molestas e incomodas. Las más habituales son el electroencefalograma, útil para detectar tumores cerebrales o inflamación cerebral o de la médula. La angiografía cerebral, permite localizar irregularidades vasculares en el cerebro, como obstrucciones en los vasos sanguíneos.
La tomografía computarizada es de gran ayuda y eficacia en la detección de epilepsia, tumores o quistes, daños cerebral por lesión, etc. La resonancia magnética, permite al médico observar detalladamente los órganos, tejidos, nervios y huesos. La más temida punción lumbar, permite obtener muestras de líquido cefalorraquídeo y comprobar sangrados o hemorragias, entre otras cosas.
Las causas y su prevención
Como sucede con todo lo que tiene relación con la salud y la enfermedad, las causas de las diferentes enfermedades neurológicas, se desconocen en gran medida. Aunque se considera que el factor hereditario es clave en enfermedades degenerativas como el Alzheimer o la enfermedad de Huntington. Por otro lado, se sabe que los traumatismos o lesiones cerebrales pueden ser la causa directa de múltiples trastornos como el Parkinson, una hemorragia cerebral o la epilepsia.
Los trastornos neurológicos como los tumores cerebrales, son originados por el propio organismo sin que se conozca la causa. Por todo esto, la prevención es muy difícil. Sobre todo en los casos que proceden de factores hereditarios o genéticos. En cualquier caso, si existen algunas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrir algún tipo de enfermedad neurológica:
- Mantener el cerebro y la mente sanos, llevando a cabo actividades que ayuden a estimular la actividad cerebral.
- Realizar actividad física de forma regular.
- Evitar la incomunicación o el aislamiento social.
- Tener unos hábitos de vida saludables, evitar el consumo de alcohol, tabaco y drogas, llevando una dieta sana y variada.
- Dormir ocho horas al día.
- Proteger el cerebro y evitar las lesiones cerebrales utilizando la protección apropiada cuando sea necesario, sobre todo en la carretera o cuando se practican actividades de riesgo.
- Evitar padecer otros factores de riesgo como hipertensión arterial, colesterol alto, estrés, agotamiento, obesidad, diabetes, etc.
Básicamente, lo mismo que para prevenir cualquier tipo de enfermedad. La prevención en ciertos sentidos es difícil, puesto que el desconocimiento de sus orígenes, es inexistente. Si se desconoce la causa, no se puede evitar caer en ella. Aun así, un estilo de vida saludable, es la mejor forma de mantenerse alejado de la enfermedad en gran medida.
La buena noticia es que existen numerosos tratamientos farmacológicos para tratar de mitigar y paliar los síntomas de las enfermedades neurológicas. En algunos casos, es posible conseguir la curación del paciente. En función de la patología diagnosticada, se optará por un tratamiento u otro, siendo habitual que el tratamiento principal, consista en la neurorrehabilitación. Esta parte tiene como objetivo restituir, minimizar o compensar los déficits funcionales del paciente en la medida de lo posible.
Estos tratamientos pretenden brindar una atención neurológica integral al paciente con la finalidad de mejorar su calidad de vida y que gocen de la mayor autonomía posible. En todos los trastornos neurológicos, es esencial realizar un diagnóstico precoz para poder establecer el tratamiento más adecuado.
Para finalizar, comentaremos algunos de los trastornos neurológicos degenerativos más comunes, como pueden ser la esclerosis múltiple, la esclerosis lateral amiotrófica, el Parkinson, la epilepsia, el Alzheimer y la demencia o el infarto cerebral o ictus. Cualquiera de estas enfermedades está a la orden del día e implica un deterioro en la persona. No podemos olvidar que otro tipo de trastornos neurológicos, pueden ser las cefaleas migrañosas que se producen a causa de un desgaste de la película que recubre los axones neuronales y limita a quien lo padece en gran medida, debido al dolor de cabeza que produce.
A veces pasamos por alto síntomas evidentes de que algo falla en nuestro sistema nervioso. No damos la importancia necesaria a un “simple” dolor de cabeza, la debilidad muscular o fatiga, el entumecimiento, o los despistes que no lo son tanto. Quizá sea difícil prevenir estos trastornos, pero no lo es tanto, darle la importancia que tiene cada síntoma para poder realizar un diagnóstico lo antes posible o, mejor aún descartar la enfermedad.