Estudiar un año en el extranjero, la mejor forma de perfeccionar el inglés.

Estudiar en Inglaterra.

Los padres queremos que nuestros hijos tengan un buen nivel de inglés. Es importante para su porvenir. Una de las opciones más utilizadas en los últimos tiempos es enviar a nuestra hija o hijo a estudiar un año de la ESO o de Bachillerato a un instituto en un país anglosajón. Ahora es posible.

Hace años, una forma de perfeccionar el inglés era irse un año a trabajar a Londres cuando terminabas los estudios. Acababas a la universidad y vivías un año en Inglaterra. Si eras chica podías encontrar trabajo como aupair. A cambio de cuidar a sus hijos pequeños, una familia te daba alojamiento y comida. Para los chicos lo más habitual era ponerse a trabajar en un bar, un hotel o un restaurante. Si te cogían como friegaplatos, tu intención de aprender inglés se reducía considerablemente. Trabajabas con hindús o con españoles.

Más tarde llegaron las becas Erasmus. La posibilidad de estudiar un año de carrera en el extranjero. Con frecuencia te dabas cuenta de que tu nivel de inglés era bastante limitado. Por debajo de lo que te imaginabas. Aunque era una oportunidad para conocer gente nueva y para descubrir otro país, tu dominio de la lengua británica te daba para manejarte lo básico: comprar un billete de autobús, pedir un café y poco más.

Ahora, los chicos tienen más nivel de inglés del que teníamos nosotros. Además, pueden estudiar a edades tempranas en el extranjero sin perder el ritmo académico.

Muchos padres se lanzan a enviar a sus hijos a estudiar un año de la ESO fuera del país. Es el caso de Raquel Egea, quien envió a su hija a estudiar un curso en Estados Unidos gracias a la gestión de C.L.S. – Idiomas, una agencia que lleva años encargándose de gestionar cursos académicos en el extranjero. Raquel dice que todo fue perfecto. Una experiencia 100% recomendable. La agencia no solo se encargó de los trámites, sino que estuvo pendiente en todo momento de que su hija estuviera bien atendida.

Si estás planteándote enviar a tu hijo a estudiar un año en el extranjero, estas son algunas cosas que te conviene saber.

¿Cómo es la vida de un estudiante en un país anglosajón?

Sohaib, de Vitoria – Gasteiz (Álava) ha estudiado 2º de Bachillerato en un instituto de Estados Unidos, en el estado de Oregón. Cuenta a la web Estudiar en U.S.A. que su experiencia ha sido impresionante. Se ha sentido respaldado por el instituto, los profesores y sus compañeros en todo momento.

Este estudiante vasco es bueno jugando al futbol, “soccer”, como le dicen en Estados Unidos. En el instituto han adaptado las clases para que pueda desarrollar su carrera deportiva. Para que pueda asistir a los entrenamientos y a las competiciones. Todo ello, sin descuidar el nivel académico.

“Si despuntas en algún deporte”- dice Sohaib- “en EE.UU. tienes muchas oportunidades. Encuentras becas para poder asistir a la universidad. No sucede solo con el deporte, pasa igual con la ciencia, el periodismo o la tecnología. Potencian tus habilidades.”

Cuenta Sohaib que el plan de estudios norteamericano es muy diferente al de un instituto español. Está plagado de asignaturas optativas, con un carácter práctico, que te van descubriendo diferentes ámbitos profesionales y encaminando tus estudios. En España mucha gente termina segundo de bachillerato y no sabe bien qué carrera estudiar. En Estados Unidos todo el mundo ya sabe que quiere ser tal o cual cosa y se ha empezado a preparar desde secundaria.

Una de las asignaturas que le llama la atención a Sohaib es una que se llama “Life”, vida en inglés. En la que te enseñan cómo gestionar determinadas situaciones de la vida cotidiana, como por ejemplo, pagar una factura.

Respecto al día a día, el adolescente español resalta que la gente es bastante hospitalaria. Eres bienvenido en todos sitios y se preocupan porque estés bien. Un detalle que para una persona que viene de otro país y de otra cultura es de agradecer.

Lo único que le gusta menos a Sohaib, aparte de estar lejos de la familia y de los amigos, son los horarios. Acostumbran a comer a las 11 de la mañana y a cenar a las 6 de la tarde. Pero uno termina acostumbrándose.

Las ventajas de estudiar un año en el extranjero.

Estudiar un curso en un país extranjero no solo te permite perfeccionar un idioma, te hace crecer como persona. Aprendes a ser más independiente y ganas en madurez. Estos son algunos de los beneficios que te reporta esta experiencia:

  • Mejorar el idioma. Esta es la razón de fondo por la que mandaste a tu hija o hijo a estudiar al extranjero. Evidentemente, al vivir en un entorno de habla inglesa, el chico va a desarrollar habilidades lingüísticas avanzadas, facilitando la fluidez y comprensión del idioma.
  • Conocer otras culturas. Vivirá de primera mano las tradiciones y costumbres locales, como el Día de Acción de Gracias en EE.UU. Esto fomenta la comprensión hacia otras culturas. Convirtiéndolo en una persona más culta y tolerante.
  • Ampliación de las perspectivas académicas. Estos países tienen sistemas educativos diferentes a los nuestros. Ofrecen materias y métodos de enseñanza distintos, como el enfoque práctico de las ciencias en Inglaterra. Donde además de estudiar teoría, ponen bastante hincapié en las prácticas de laboratorio y en la constatación de las formulaciones.
  • El chico gana en independencia. La experiencia de vivir lejos de casa enseña al joven a gestionar el tiempo, el dinero y las responsabilidades diarias de manera autónoma. Tras esta experiencia, el estudiante podrá desenvolverse con mayor facilidad en el mundo adulto.
  • Red internacional de contactos. Estudiar un año en el extranjero permitirá al estudiante establecer amistades y conexiones internacionales que podrán abrirle oportunidades laborales y personales en un futuro.
  • Mayor adaptación a los cambios y dificultades. Estudiar un curso fuera no es sencillo. El estudiante sale de golpe de su zona de confort, se aleja de su familia, de sus amigos, de su ciudad, de su instituto. Su ámbito habitual de relaciones. Esto no lo debemos ver como algo negativo, al contrario, superar desafíos tales como adaptarse a un nuevo sistema educativo, fortalece su capacidad de adaptación a diferentes situaciones y entornos.
  • Oportunidades extraescolares. Participar en clubes deportivos o artísticos, como un grupo de teatro escolar o la redacción del periódico del instituto, actividades que son frecuentes en los institutos norteamericanos, le permitirá adquirir determinados conocimientos que también forman parte de su formación.

¿A qué país enviar a nuestros hijos?

Inglaterra, Estados Unidos, Irlanda y Canadá son los destinos más elegidos para enviar a nuestros hijos. Sin embargo, antes de tomar una decisión, El Periódico de España, editado por Prensa Ibérica, advierte que es importante tener en cuenta los sistemas educativos de cada país para ver su compatibilidad con el nuestro.

Para estudiar un trimestre o un curso entero hasta 3º de la ESO, quizás el Reino Unido sea la opción más adecuada. No lo es en bachillerato, ya que Gran Bretaña ha introducido en los últimos años una serie de modificaciones en los planes de estudio que no tienen su convalidación en el sistema educativo español.

En cuanto al bachillerato, el país angloparlante que tiene un modelo de enseñanza más parecido al nuestro es Irlanda. Primero de Bachillerato en España es 4º de la ESO en Irlanda, un curso que se denomina “Transition Year”, año de transición. Este curso está plagado de asignaturas optativas que facilitan el camino del estudiante hacia la especialización.

Algunos profesores opinan que Estados Unidos y Canadá son los mejores destinos para enviar a nuestros hijos a estudiar un curso completo. Tienen sistemas educativos de calidad y, sobre todo, orientados a la especialización y a las aptitudes que se demandan en el mercado de trabajo.

De todos modos, bajo mi punto de vista, nunca es aconsejable que un chico estudie el último año de secundaria en el extranjero y después lo enviemos a la Ebau, antigua selectividad, en España. Por muy bien que salga formado, acudirá desorientado al examen.

Aparte del sistema educativo debemos tener en cuenta otras consideraciones. Por ejemplo, si enviamos a nuestro hijo a estudiar a Estados Unidos con el programa J-1, nombre que recibe por el visado que tramita el estudiante, y con el cual accede a un curso subvencionado por la Secretaría de Educación de EE. UU., debemos tener en cuenta que el alumno no podrá elegir ni el Estado, ni la ciudad, ni el instituto en el que va a estudiar. Lo asigna el gobierno de los Estados Unidos. En este programa, el alumno estudia siempre en un instituto público, se aloja en casa de una familia y no podrá recibir visitas de sus familiares durante el curso. Aunque estemos hablando de un curso subvencionado, el gasto medio oscila los 13.000 €.

Sabemos que una experiencia de este tipo representa un sacrificio para la familia, pero se trata de una de las mejores cosas que podemos hacer por la formación de nuestro hijo.

 

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