El amor es una de las cosas que está más presente en nuestra vida, pero que nadie logra entender. Y eso que la ciencia se encarga de estudiarlo a fondo. La frase del “verdadero amor es para o dura para siempre” no es que no sea una realidad, pero es difícil de entender. Aunque lo diga un anillo de muchos kilates o lo pongamos en las redes sociales, los neurocientíficos, que son los que más saben en el tema del amor, dicen lo contrario. Sus estudios dicen que toda relación romántica o amorosa pasa por distintas fases.
La verdad es que no tiene desperdicio. La primera fase, por supuesto la mejor, es la de la euforia”. Para los expertos dura 6 meses hasta 24 meses, es decir los dos años. Es ese momento mágico en el que solo pensamos en estar con la otra persona, que tenemos mariposas en el estómago, que todo lo que hace o dice nos parece lo mejor. Que daríamos la vida por esa otra persona, que nos vemos envejeciendo en una casita y siempre de la mano. Pues bien, eso nos va a durar dos años como máximo. Pero el estar en ese subidón de amor se lo debemos a los altos niveles de dopamina, uno de los elementos químicos que desencadenan la sensación de placer.
A partir de los dos años, y más o menos hasta los 5 años, es decir, los 60 meses, entramos en la segunda fase. La del apego temprano. En esta fase se activa la parte más evolucionada del cerebro y tomas el control, esto produce sentimientos de apego, pero se liberan más químicos como la vasopresina y la oxitocina, denominada en ocasiones la “hormona del amor”. Es en el momento en el que ya no quieres pasar todo el rato con él, y cuando comienzas a ver algunas faltas o pegas que antes no veías. Ahora bien, las perdonas porque sigues enamorado de esa otra persona.
La crisis
Y sí, en esta montaña rusa que es el amor, tiene que llegar la fase de la crisis. Y la primera llegará entre los 60 meses hasta 84 meses, es decir entre 5 y 7 años. Y aquí la cosa está claro, uno se puede separar o superarse como pareja y querer llegar hasta el infinito. El amor, y mira que lo siento, se nos ha acabado. Ahora bien, los expertos dicen que se requiere de una crisis o prueba que superar, donde haya crecimiento personal y cambio en ambas personas. Entonces, si la pareja logra salir de la crisis con éxito, pasará a la siguiente etapa.
“El apego profundo”
“El apego profundo” es la cuarta etapa, o lo que es lo mismo, a partir de los siete años. Si has podido con esto, ya puedes con todo. Este punto, la pareja puede lidiar con crisis presentes y futuras. Se siente calma y seguridad. Ahora bien, olvídate de tener esa pasión de los primeros años, lo que sí tienes es la seguridad de contar con una persona que te puede ayudar y que te da un respaldo. Seguramente si llegas a esta fase, ya sabrás lo que quieres en la vida, si formar una pareja o ir por libre.
Es cierto que para superar estas fases no siempre es fácil y se requiere de elementos externos. Por eso son muchas las parejas que acuden a terapias impartidas por profesionales. La terapia de pareja está dirigida a solucionar conflictos, superar crisis, resolver problemas de comunicación entre las partes y reforzar los aspectos positivos de la relación. No obstante, para llegar a este punto, es necesario conocer el origen de los conflictos y descubrir la dinámica que está en su base y los alimenta, impidiéndole a la pareja alcanzar una equilibrio adecuado y satisfactorio. Y claro, de esas cosas se encargan los expertos. “La gran mayoría de las familias y parejas que acuden a terapia, refieren una mejoría en su relación”, aseguran desde HAYA psicólogos, que ven pasar por sus manos cientos de casos de parejas que intentan buscar los secretos para mantener la pareja como si todavía fueran novios.
Son muchas las causas que pueden romper una relación. Por ejemplo destacan los celos patológicos, ya que crean un enorme sufrimiento en ambos miembros de la pareja. Genera gran desgaste en la relación pudiendo destruir la misma. En estos casos, la ayuda psicológica es imprescindible. También la falta de comunicación: “Cuando las parejas inician su convivencia tienden a idealizarla, sin embargo, la convivencia trae conflictos que pueden aparecer a lo largo de la misma y desembocar en el desgaste”, nos explican.
Sea como sea, está claro que para mantener el amor, y aunque suene a consejo de abuelos de los años 60, lo que hay que hacer es “tener paciencia y aguantar”, pero también empatizar.
