Cada vez más de actualidad: el coworking

Literalmente co-trabajar, ese es el significado de este vocablo inglés cada vez más aceptado en la sociedad y el mundo laboral. Trabajar en este tipo de centros es lo más innovador que ha surgido en los últimos tiempos. Junto al teletrabajo que también puede desarrollarse en un coworking, el mundo laboral está sufriendo una autentica transformación en lo que a ubicación y metodología respecta. Las opciones que ofrece trabajar desde un coworking son numerosas y facilitan el acceso a las empresas emergentes o trabajadores que requieren de un lugar para realizar sus funciones o ejercer su profesión.

Aunque no se trata de algo tan reciente como para que la mayoría no se haya familiarizado con el concepto, en este artículo, pretendemos desarrollar en qué consisten estos centros. Cuáles son las posibilidades que ofrecen, su funcionamiento y todo tipo de cuestiones que pueda suscitar este concepto tan innovador.

Nada como adentrarse en un centro de trabajo para comprobar en primera persona sus posibilidades, el ambiente y lo que se cuece en los coworking como Mitre 123 Workspace, uno de los mejores en su categoría. El concepto se ha consolidado en los últimos años, convirtiéndose en una tendencia en alza, dentro del mundo de los freelancers, las startups y empresas emergentes que necesitan mayor flexibilidad y buscan oportunidades del networking. Aun así, es posible que algunos no lleguen a entender en que consiste y como funciona este modelo de trabajo compartido tan actual.

Definiendo el concepto de coworking, podemos decir que se trata de un modelo de trabajo que facilita que los profesionales independientes, emprendedores y empresas de diferente tamaños, puedan compartir un mismo espacio de trabajo. La finalidad es crear un ambiente de trabajo colaborativo en el cual, los usuarios, no únicamente comparte la infraestructura y los costes, también comparten sus conocimientos y las oportunidades de negocio que se producen. Se trata, por lo tanto, de espacios de trabajo creados y diseñados para fomentar la colaboración y la creatividad, junto al desarrollo profesional de los que componen los diferentes equipos. Todo esto, al mismo tiempo que constituye una alternativa más flexible y económica que las oficinas o despachos convencionales.

Un funcionamiento sencillo

Un espacio de coworking, siempre ofrece diversas modalidades de alquiler, para adaptarse a todo tipo de necesidades por parte de los clientes. Desde puestos fijos hasta oficinas privadas, pasando por una serie de opciones de uso, por horas o días, adaptándose a las necesidades específicas que requiere cada profesional. Los lugares en los que se desarrolla un coworking, se encuentran equipados con todo lo necesario para que los clientes puedan empezar a trabajar desde el primer momento. Mobiliarios como escritorios, sillas ergonómicas, salas de reunidos, internet de alta velocidad, impresoras o áreas de descanso, entre otros.

Una de las características más valoradas por los coworkers es la comunidad colaborativa que se crea en estos espacios de trabajo. A través de los diferentes eventos, talleres y actividades que se realizan, los coworkers cuentan con el añadido de tener la oportunidad de conocer a otros profesionales de su sector o uno similar, con los que pueden colaborar directamente, intercambiar servicios e incluso, dar salida a nuevos proyectos.

Se trata de un ambiente comunitario que enriquece profesionalmente a sus miembros, contribuyendo a su bienestar y motivaciones personales al romper con el aislamiento que en numerosas ocasiones, implica el trabajo freelance o a distancia.

Al encontrarnos dentro de un entorno flexible y colaborativo, las instalaciones de los centros de coworking, ofrecen una serie de ventajas que van más allá de compartir los gastos de la oficina. Algunas de las ventajas que ofrecen los espacios de coworking, son la flexibilidad y el costo-efectividad, las oportunidades de networking o el ambiente de trabajo.

Una de las principales ventajas, es sin duda, la flexibilidad y el costo efectividad que ofrece en términos de contratación y uso. Los clientes o usuarios, pueden elegir entre diferentes opciones que van desde los puestos fijos hasta las oficinas privadas. Pagando únicamente por lo que necesitan, sea por horas, días o meses.

Dada la diversidad de profesionales que pueden darse cita en un centro de coworking, las oportunidades afloran de forma natural. La convivencia laboral, facilita la colaboración, el intercambio de ideas y la generación de asociaciones estratégicas. Para muchos, este tipo de conexiones laborales pueden derivar en la consecución de nuevos clientes, socios comerciales o recursos que pueden ser difíciles de obtener en otros entornos laborales.

Trabajar desde casa puede resultar muy cómodo, pero conlleva distracciones y no ofrece el entorno y ambiente profesional necesario para desarrollar algunas funciones, como reuniones. Un coworking ofrece ese ambiente profesional y fresco necesario, además de estar equipados con todo lo que es fundamental para realizar el trabajo diario o recibir visitas, mejorando la imagen del profesional.

Otra de sus ventajas es que promueve una mejora de la productividad y la creatividad. El diseño de estos espacios de trabajo, suele incluir zonas de trabajo abiertas, salas privadas y áreas de descanso, pensadas y diseñadas para fomentar la productividad y creatividad de los profesionales. La interacción entre los distintos perfiles, puede inspirar otros enfoques e ideas, al tiempo que se mantiene el foco en el trabajo.

Al mantener una separación física entre la vivienda y el trabajo, se mejora el bienestar, pudiendo establecer unos límites que cuando se trabaja desde casa no es posible mantener. Las zonas de descanso y la organización de todo tipo de eventos sociales y profesionales hacen posible crear ambientes de trabajo más amenos.

Tipos de coworking que se pueden encontrar

Si hay algo que caracteriza a los espacios de trabajo colaborativos, es su flexibilidad. La diversidad de opciones que ofrecen se adapta a todo tipo de necesidades. Estas diferentes modalidades permiten que cada usuario seleccione el tipo de espacio que necesita por el tiempo que necesite. Algo que influye en los costes y por ende, a los aspectos laborales y el presupuesto.

En este sentido, encontramos los diferentes tipos de puesto que vamos a citar a continuación.

Escritorios flexibles o Hot Desking. Una opción que permite que los usuarios accedan a cualquiera de los puestos que no estén ocupados dentro de un área común. Esta modalidad permite cambiar de lugar cada día, algo favorable para freelancers y profesionales independientes que no necesitan un espacio fijo pero si la flexibilidad absoluta. Los precios son muy accesibles y pueden contratarse por horas o días e incluso, de forma mensual.

Los escritorios fijos, garantizan la exclusividad de un escritorio concreto dentro del espacio. Suele incluir almacenamiento personal como cajones o estanterías donde dejar el material de trabajo necesario. Por lo general conllevan un coste mayor, a consecuencia de la exclusividad.

Las empresas o startups que necesitan mayor espacio y privacidad, pueden contratar oficinas privadas. Están completamente equipadas y disponibles en varios tamaños con la capacidad de acomodar equipos de diferentes dimensiones. Los costes van en función del tamaño de la oficina y la capacidad de usuarios que se pueden instalar en ellas. Se trata de la opción más privada y personalizable.

Dentro de un espacio de coworking, suelen disponer de salas de reuniones y conferencias que pueden reservarse por horas o incluso días. Este tipo de salas, se encuentran equipadas con todo tipo de tecnología puntera para realizar las presentaciones, videoconferencias o cualquier tipo de reunión profesional que se requiera. Su coste va en función de la capacidad y los equipos disponibles o necesarios.

Puede darse la situación de que algunos usuarios no necesiten acceso físico y regular al espacio de trabajo, pero necesitan una dirección comercial profesional, servicios de recepción y acceso puntual a las salas de reuniones. En estos casos, los planes virtuales, cada vez están más de moda, pues permiten disponer de esos servicios sin necesidad de contar con un espacio físico.

En definitiva, los centros de coworking ya no son la novedad que eran. En la actualidad, cada vez es más frecuente encontrar este tipo de espacios en cualquier lugar. Calles céntricas, lugares más remotos como polígonos e incluso localidades más pequeñas. Los entornos colaborativos están siendo cada vez más demandados haciendo que surjan nuevas ideas y modalidades.

Dada la evolución que sigue el teletrabajo y las múltiples posibilidades que ofrece la tecnología para desempeñar el trabajo desde cualquier lugar, disponer de estos centros de trabajo se ha convertido en algo esencial. Aunque trabajar desde casa resulta muy cómodo, en muchas ocasiones no es la mejor manera de trabajar. Como comentábamos anteriormente, las distracciones y dificultad para establecer ciertos límites entre trabajo y vida personal, favorecen la falta de concentración.

Puesto que cada vez son más las empresas que permiten el teletrabajo y se crean un mayor número de empleos de este tipo, poder disponer de una oficina o mesa de trabajo para realizar la actividad laboral es esencial. Sin olvidar las muchas posibilidades de desarrollo profesional que conllevan.

Queda más que patente la eficacia de los coworking para lanzar empresas, crear alianzas y colaboraciones laborales y avanzar en la carrera profesional. Además de que se trata de entornos colaborativos donde se impone esa colaboración y buen ambiente de trabajo tan necesario y difícil de encontrar en otro tipo de entornos laborales.

 

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