¿Cuántas veces os habéis estresado a lo largo de vuestra vida? Por desgracia, estar agobiado forma parte de nuestro día a día. El trabajo o las obligaciones familiares nos empujan a ello… y más ahora que la sociedad, con el dominio tecnológico que impera en todos los campos, gira más rápido que en ningún otro momento. Hay muchísimas situaciones que nos estresan a lo largo de nuestra existencia y que nos pueden llegar a agotar la batería. Vamos a hacer una relación de algunas de ellas:
- Los deadlines en el trabajo. Esto es lo principal. El trabajo se acumula y las fechas de entrega de proyectos nos generan un agobio fuera de lo normal y que, además, no es sano.
- Las fechas de vencimiento burocráticas, como las que atañen a la matriculación de los niños en el colegio o su inscripción en el campamento de verano también nos generan temblores en muchas ocasiones.
- Las bodas. Cuando nos casamos, tenemos que estar pendientes de tantas cosas que nos resulta imposible disfrutar de los días y semanas previas al evento de nuestra vida.
- Un mal estado de salud propio o de algún familiar. Sin duda, hay muchas cosas en este sentido que nos pueden generar problemas de muy distinta consideración y siempre tenemos el temor de que las cosas no vayan bien si no tenemos un golpe de suerte.
A todos esos momentos, queremos añadir uno que nos suele producir agobio… y cada vez mayor. Hablamos de un momento como el que atañe a una mudanza. Cuando tenemos claro que vamos a abandonar el que ha sido nuestro lugar de residencia para trasladarnos a otro lado, la cantidad de cosas que debemos hacer es bastante considerable y nos provoca sudores fríos.
- Lo primero que debemos hacer es dejar limpio el lugar en el que hemos vivido y que vamos a abandonar. Eso exige que hagamos una limpieza general, mucho mayor que la que realizamos semana a semana, con el gasto de tiempo y energía que eso conlleva.
- Por otro lado, tenemos que ir organizando el traslado de todas nuestras cosas de una vivienda a otra. Es en este tipo de momentos cuando somos conscientes de la cantidad de pertenencias que tenemos en nuestra vivienda.
Vamos a centrar el tiro en el segundo de los puntos que acabamos de mencionar… el del traslado de nuestras pertenencias de un lado a otro. Esto se puede organizar de muchas maneras diferentes, cada cual con sus matices. Hay muchas personas que lo hacen por su cuenta, usando su coche y haciendo mil y un viajes para terminar de trasladar todo. La verdad es que esta debería ser una medida desesperada porque es la que conlleva una mayor inversión de tiempo, de dinero (el de la gasolina, tened en cuenta que, si lo trasladamos todo en nuestro coche, vamos a tener que hacer muchos viajes) y de energía.
Una idea buena y que cada vez es más compartida entre las personas que quieren mudarse es la de alquilar alguna furgoneta o camión para hacer el traslado de las pertenencias de una sola vez. Es una opción que nos parece inteligente y que va a evitar que tengamos que estar gastando mucho tiempo y energía yendo de un lado para otro a trasladar nuestras pertenencias. Con una buena organización de las distintas cajas y elementos a transportar dentro de ese vehículo, nos puede valer con realizar un solo viaje, que es el sueño de todas aquellas personas que están pensando en mudarse.
Pero, claro, es lógico que incluso en momentos así tengamos dudas. Y la duda que nos puede asaltar en una situación como esa es… “¿No habrá peligro de que se rompa nada de lo que estoy transportando si hay tantas cosas en el interior de la furgoneta o el camión?” Es una cuestión que muchas personas se hacen llegada esta situación y no cabe la menor duda de que la búsqueda de respuestas debería ser una obligación. Encontrar una que sea eficaz es lo que haría que todos esos agobios de los que hemos hablado a la hora de organizar una mudanza se desvanecieran para suerte de todos los actores implicados en este asunto.
Muchas de las personas que han acometido una mudanza y que para ello han usado un pequeño camión o furgoneta de alquiler han coincidido en señalar que la mejor manera de evitar cualquier rotura en los elementos que transportan tiene que ver con la sujeción de los mismos, algo que se va a potenciar con el uso de cordelería. La variedad de tipos de cuerdas que puede encontrarse en la página web de Cuerdas Valero es una de las mejores muestras que podemos encontrar para verificarlo y entender cómo las cuerdas son las mejores garantes de la seguridad de todo aquello que queremos trasladar desde nuestra vivienda anterior a la residencia actual.
No es una buena idea que todo lo que transportemos vaya apilado sin orden ni concierto… y que encima no esté bien sujeto. En un viaje pueden ocurrir muchas cosas y un simple frenazo o una curva que se tome más abierta de lo normal pueden provocar que las cajas se caigan y que muchos de los objetos que van en su interior se rompan. Y claro, eso puede provocar que perdamos dinero y que el coste emocional de la mudanza sea alto si se nos rompe un objeto al que tengamos mucho cariño.
Como veis, hablamos de un asunto que no podemos realizar de cualquier manera y que tenemos que planificar. De lo contrario, hay muchas cosas que pueden salir mal y que pueden provocarnos un severo perjuicio. No cuesta nada pensar de antemano cómo queremos realizar la mudanza y planear los tiempos en los que la vamos a llevar a cabo. Eso nos va a permitir ahorrar tiempo, dinero y disgustos. De ese modo es como vamos a hacer posible que no tengamos que padecer un agobio como el que mucha gente tiene cuando pasa por un momento así.
La mudanza: un proyecto en el que piensa mucha gente
Cambiar de vivienda está en la mente de muchas personas en España. Es algo a lo que nunca nos cerramos, aunque es verdad que hay condicionantes que van a ejercer una influencia a la hora de decidir si vamos a cambiar o no. Es evidente que, si tenemos una casa en propiedad, sacarnos de allí va a ser mucho más complicado que si estamos de alquiler, un régimen en el que, por lo general, volvemos a tener un poder de decisión muy grande una vez que se acaba el contrato, que puede oscilar desde los 3 meses a un año.
Según una noticia que vio la luz en la página web Inmodiario en 2021, más de 6 millones de personas en España estaban deseando cambiar de vivienda y lo pretendían hacer en el plazo de 2 años. Se trata de un volumen muy importante de gente, que es tal principalmente porque, durante la pandemia, ha crecido el número de personas que se ha dado cuenta de que la calidad de vida que les proporcionaba su casa no era la mejor y han buscado encontrar algo que de verdad les sirva para vivir como merecen. El confinamiento despertó muchas conciencias al respecto.
El motivo que es determinante en la mayoría de casos para cambiar de vivienda es el trabajo. Así es como lo asegura una noticia publicada en la página web de Fotocasa… y así es como lo vemos la mayoría. Todos y todas tenemos personas a nuestro alrededor que han cambiado de vivienda principalmente porque han encontrado trabajo en un sitio que está lejos de donde vivían antes y necesitaban encontrarse más cerca de las instalaciones en las que realizan su actividad profesional. No perder demasiado tiempo en los trayectos es algo que valoramos mucho y que afecta de una manera directa a nuestra calidad de vida.
Es algo perfectamente entendible y que va a seguir sucediendo. Se suele producir cuando una persona encuentra trabajo en una ciudad que está relativamente lejos de su vivienda anterior. E incluso suele ser habitual en ciudades grandes como Madrid o Barcelona y se encuentra trabajo en otros barrios o distritos que están alejados y para los que llegar implica tener un tráfico bastante denso. Y es que, más que la distancia, lo que importa es el tiempo que pasamos en el coche o el transporte público hasta llegar al trabajo.
Luego también hay que tener en consideración las ‘facilities’ que se llaman en inglés, todas aquellas cosas que tenemos cerca de casa y que nos ayudan a tener una vida cómoda. Nos referimos a supermercados, conexiones con transporte público, hospitales, tiendas… Vivir en medio de la nada puede no ser una buena noticia para todo el mundo y la verdad es que lo entendemos perfectamente, para qué nos vamos a engañar. La moraleja de todo esto es que debemos pensar detenidamente en qué lugar queremos vivir.