La importancia de la salud dental en el día a día

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Hablar de salud dental es hablar de salud integral. A pesar de los avances científicos, el aumento en la esperanza de vida y el acceso a la información médica, millones de personas siguen subestimando el cuidado bucodental, limitándolo a una cuestión estética o asociándolo únicamente con problemas puntuales como el dolor de muelas o las caries. Sin embargo, cada vez más estudios evidencian una relación directa entre la salud oral y múltiples aspectos del bienestar físico, mental y social.

La salud dental influye en cómo nos alimentamos, cómo hablamos, cómo nos relacionamos, y en cómo nos sentimos con nosotros mismos. Además, está íntimamente ligada a enfermedades sistémicas como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, e incluso los partos prematuros.

Este artículo profundiza en por qué la salud dental debe considerarse una prioridad cotidiana, cómo se conecta con el resto del cuerpo, qué hábitos debemos incorporar, y qué barreras sociales y económicas impiden un acceso equitativo a la salud bucal en distintas partes del mundo.

1. Salud oral y salud general: conexiones invisibles pero reales

Pocas personas son conscientes de que la boca es la puerta de entrada del organismo. Allí no solo se inicia la digestión, sino que reside una microbiota bucal compuesta por cientos de especies bacterianas que, cuando se desequilibran, pueden causar infecciones locales y sistémicas.

1.1 Enfermedades cardiovasculares

Numerosos estudios han encontrado correlación entre la enfermedad periodontal (infección e inflamación de las encías) y un mayor riesgo de infarto de miocardio, aterosclerosis y accidentes cerebrovasculares. La inflamación crónica de las encías puede facilitar el paso de bacterias al torrente sanguíneo, generando una respuesta inmunitaria sistémica que afecta al endotelio vascular.

1.2 Diabetes

La relación entre diabetes y periodontitis es bidireccional. La hiperglucemia crónica favorece las infecciones periodontales, mientras que una boca con inflamación constante puede empeorar el control glucémico. Un tratamiento periodontal eficaz puede mejorar los niveles de hemoglobina glicosilada.

1.3 Complicaciones en el embarazo

Las mujeres embarazadas con enfermedad de las encías tienen mayor probabilidad de parto prematuro o bebés con bajo peso al nacer. Las bacterias orales pueden desencadenar respuestas inflamatorias que inducen contracciones uterinas antes de tiempo.

1.4 Neumonía y enfermedades respiratorias

Las bacterias bucales, especialmente en personas mayores o con sistemas inmunológicos comprometidos, pueden ser aspiradas hacia los pulmones, provocando neumonías por aspiración o exacerbaciones de enfermedades respiratorias crónicas como la EPOC.

2. Impacto diario: alimentación, habla, autoestima y relaciones

La salud bucodental tiene una repercusión directa y continua en nuestra rutina diaria, más allá de la consulta odontológica. Su impacto se manifiesta de manera constante en aspectos tan básicos como comer, comunicarnos y relacionarnos con los demás. Pese a su aparente sencillez, estos elementos constituyen la base del bienestar físico y emocional de cualquier persona, y su alteración puede desencadenar una cadena de consecuencias invisibles que afectan profundamente la calidad de vida.

Tras comentarlo con los dentistas de la clínica dental Ágora, os facilitamos algunos de los impactos más destacables que tienen la salud dental en nuestro día a día:

2.1 Alimentación y digestión

La masticación adecuada es el primer paso del proceso digestivo. La pérdida de dientes, el dolor al morder o las encías inflamadas pueden limitar la ingesta de alimentos saludables como frutas, verduras crujientes o carnes. Esto restringe la variedad nutricional y puede llevar a carencias de hierro, fibra, vitaminas y proteínas.

Además, una mala masticación obliga al estómago a trabajar más, favoreciendo la indigestión, el reflujo y la gastritis.

2.2 Habla, pronunciación y expresión

El habla no depende únicamente de las cuerdas vocales. Los dientes, la lengua, el paladar y los labios son estructuras clave para articular sonidos correctamente. Cualquier alteración en estas estructuras (desde la pérdida de una pieza dental hasta una malformación bucal) puede generar problemas fonéticos, dislalias o balbuceos.

Estas alteraciones del habla afectan especialmente a niños, adolescentes en edad escolar, y adultos mayores. La dificultad para expresarse con claridad puede conllevar frustración, vergüenza, baja participación en clase, aislamiento o acoso escolar. En adultos, puede repercutir negativamente en entrevistas de trabajo, exposiciones orales o simplemente en la interacción diaria.

Los pacientes con prótesis mal diseñadas a menudo presentan miedo a que se desplacen al hablar, lo que genera ansiedad social y reduce la participación en actividades comunitarias.

 

2.3 Autoestima y salud mental

La sonrisa es una de las expresiones más poderosas del rostro humano. Personas con dientes dañados, amarillentos, torcidos o ausentes tienden a evitar sonreír, hablar en público o aparecer en fotografías. Esto genera ansiedad, retraimiento social y en algunos casos, incluso depresión. En contextos laborales o educativos, la apariencia dental puede influir en las oportunidades de contratación o ascenso.

2.4 Relación con el entorno

La halitosis (mal aliento), muy común en enfermedades periodontales o caries, dificulta las relaciones personales. Puede provocar vergüenza, inseguridad y rechazo, afectando tanto la vida afectiva como profesional.

3. Hábitos esenciales de higiene bucal

Prevenir problemas dentales es posible con una serie de prácticas sencillas, que deben incorporarse desde la infancia y mantenerse durante toda la vida.

3.1 Cepillado dental

Debe realizarse al menos dos veces al día, con cepillo de cerdas suaves y pasta fluorada. Es fundamental limpiar también la lengua, donde se acumulan bacterias. El cepillado nocturno es el más importante, ya que la producción de saliva disminuye durante el sueño.

3.2 Uso del hilo dental

Solo el hilo dental permite eliminar la placa entre los dientes, donde el cepillo no llega. Su uso diario reduce hasta un 40 % el riesgo de caries interdentales y gingivitis.

3.3 Enjuagues bucales

Complementan el cepillado, eliminan bacterias y ayudan a mantener el aliento fresco. Se recomienda que no contengan alcohol para evitar la sequedad bucal.

3.4 Visitas regulares al dentista

Una revisión odontológica cada 6 o 12 meses permite detectar problemas en estadios iniciales y evitar intervenciones costosas o invasivas. La limpieza profesional (profilaxis) elimina el sarro, responsable de la mayoría de enfermedades de las encías.

4. Infancia y adolescencia: la etapa clave

La niñez es una etapa crítica para establecer hábitos dentales duraderos. La caries infantil sigue siendo una de las enfermedades crónicas más comunes a nivel mundial.

  • El cepillado debe iniciarse desde la erupción del primer diente, con pastas dentales de concentración de flúor adecuada a la edad.
  • La dieta debe evitar los azúcares libres, especialmente bebidas azucaradas, golosinas pegajosas y zumos industriales.
  • La supervisión adulta es esencial hasta que el niño tiene destreza manual suficiente (aproximadamente a los 8 años).
  • En la adolescencia, la ortodoncia, los cambios hormonales y la estética juegan un papel importante. Los aparatos ortodónticos requieren especial cuidado para prevenir la acumulación de placa y descalcificación.

5. Salud dental en adultos y mayores

A partir de los 40 años, las encías empiezan a retraerse de forma natural. En esta etapa aumenta el riesgo de:

  • Periodontitis crónica
  • Pérdida dental
  • Dientes sensibles
  • Bruxismo (rechinar de dientes por estrés)
  • Cáncer oral (especialmente en fumadores y bebedores)

En los mayores de 65 años, se suman las dificultades motrices, medicamentos que provocan sequedad bucal (xerostomía) y el uso de prótesis. La salud dental se vuelve clave para mantener la calidad de vida, la nutrición y la autonomía.

6. El costo oculto de descuidar la boca

La salud bucal no solo afecta al individuo. Tiene un impacto económico y sanitario significativo.

  • Según la OMS, el tratamiento de enfermedades bucales representa entre el 5 % y el 10 % del gasto sanitario total en países desarrollados.
  • Las caries no tratadas generan pérdida de días laborales, ausentismo escolar y baja productividad.
  • Las complicaciones orales se asocian a tratamientos médicos más prolongados y costosos.

Invertir en salud dental es más rentable que tratar sus consecuencias.

7. Acceso desigual: una deuda pendiente

A pesar de su importancia, la salud dental sigue excluida de muchos sistemas públicos de salud. En países como España o Estados Unidos, las visitas al dentista suelen tener un alto coste privado, lo que provoca que familias con menos recursos pospongan tratamientos o prescindan del cuidado regular.

Esto crea una brecha de salud social, donde las clases más desfavorecidas tienen:

  • Más pérdida de piezas dentales
  • Mayor prevalencia de caries y gingivitis
  • Menor acceso a ortodoncia o estética dental
  • Más barreras para acceder a empleos y espacios sociales

La inclusión de la atención bucodental en los sistemas de salud pública y la educación preventiva son claves para cerrar esta brecha.

8. Mitos frecuentes que debemos desterrar

  • “Si no me duele, no necesito ir al dentista”
    Falso. La mayoría de enfermedades dentales son asintomáticas en sus fases iniciales.
  • “Los dientes de leche no importan porque se caen”
    Falso. Las caries en dientes temporales pueden generar dolor, infecciones y afectar al desarrollo de los definitivos.
  • “Cuanto más cepillo, mejor”
    Falso. Un cepillado demasiado agresivo desgasta el esmalte y daña las encías.
  • “Las limpiezas desgastan los dientes”
    Falso. La profilaxis elimina el sarro; no daña el esmalte, sino que lo protege.

Una inversión diaria en salud y dignidad

La salud dental es mucho más que dientes blancos. Es masticar sin dolor, hablar sin dificultad, sonreír con libertad. Es prevenir enfermedades, mejorar la calidad de vida y garantizar que la salud no dependa del nivel socioeconómico.

Incorporar el cuidado bucodental a nuestra rutina diaria no debería ser un privilegio, sino un acto de responsabilidad personal y social. Cada cepillado, cada revisión, cada gesto de prevención es un paso hacia un futuro más saludable, más digno y más humano.

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