A lo largo de la Historia, se han repetido en innumerables ocasiones los actos de todo tipo en los que varios países se reúnen por algún motivo. Los casos más comunes suelen ser en cumbres políticas y eventos deportivos. Los hay de todo tipo y seguramente hayáis tenido acceso a eso a través de los medios de comunicación. En este artículo, nos vamos a dirigir más bien a todo lo que tiene que ver con esos eventos deportivos, que juegan una importancia tremenda para fomentar los valores de hermanamiento que tanto nos gusta relacionar con la práctica de ejercicio entre personas de distintos países.
En concreto, nos queremos referir a una reunión deportiva que no suele copar demasiadas noticias en los medios pero que es muy curiosa y a la que me he dedicado en los últimos tiempos. Hablamos, como no podía ser de otra manera, de los Juegos de los Pequeños Estados de Europa. Este es un evento muy bonito principalmente porque da visibilidad a deportistas que, en otros certámenes, tienen pocas opciones de competir y de tener éxito como consecuencia de que sus países no cuentan con los suficientes recursos para proporcionarles en términos de patrocinio o incluso de instalaciones. Eso juega una importancia tremenda a la hora de poder competir con deportistas de países grandes e incluso de países medianos.
En una noticia publicada en la web de Europa Press hace algo más de un año, se comentaba que Andorra comenzaba la cuenta atrás para los Juegos de los Pequeños Estados de Europa 2025, que se acaban de celebrar. Puede parecer que un evento como este no es demasiado grande y que, por ende, es fácil de organizar, pero os resultaría muy interesante comprender todo lo que lleva asociado y la cantidad de cosas que hay que hacer para que todo lo que tenga que ver con esto salga bien. No es fácil conseguirlo y os lo puedo asegurar porque he sido una de las personas que ha formado parte del comité de voluntarios para organizar y montar todo.
La verdad es que ha sido un reto conseguir que todo saliera como esperábamos en este sentido. Cuando Andorra fue designada como la sede del evento, nos pusimos manos a la obra para saber con cuántas manos podíamos contar para organizar esto. Tened en cuenta que, aunque el evento sea pequeño y no vaya a tener demasiada repercusión en los medios de comunicación, hace falta tener en la cabeza muchas cosas para que nada se quede bajo los designios del azar. Son muchos los deportistas que han acudido a Andorra para el evento y que se tienen que llevar una buena impresión de este pequeño pedazo de mundo. Se trata de una simple cuestión de marketing.
Lo primero que tuvimos que cerrar fue el tema de los hoteles. Se deben disponer de las plazas suficientes. Por suerte, el hecho de que Andorra sea un país muy turístico a causa del esquí y que los Juegos de los que hablamos se celebraran en primavera posibilitó que hubiera camas suficientes para los deportistas y las delegaciones en general y que estuvieran a disposición de los mismos. Aunque es verdad que había que coordinar todas las reservas y asegurarnos una y mil veces de que no hubiera ningún cabo suelto, lo pudimos hacer sin pasar por demasiados problemas. Una cosa ya estaba hecha y eso nos tranquilizó.
También hubo que preparar todo lo que fuera necesario en los espacios en los que se iban a celebrar los diferentes deportes. El pabellón y el estadio nacional iban a ser los principales escenarios y todo tenía que estar listo para el inicio de la competición. Esto engloba un montón de cosas y muchas de ellas tienen que estar relacionadas con algún protocolo. ¿Y cuál es el elemento típico de cualquier tipo de protocolo? Uno de ellos es, sin ninguna duda, todo el tema relativo a las banderas. En cualquier evento deportivo en el que estén implicados varios países, tienen que estar presentes sus banderas. Ocurre incluso cuando hay un partido entre dos selecciones nacionales y ocurre también cuando la competición engloba a varias o muchas selecciones.
Como es lógico, necesitábamos, para la correcta organización de los Juegos de los Pequeños Estados de Europa y la adecuación de esa organización al protocolo deportivo, disponer de todas las banderas de los países participantes. Tened en cuenta que estamos hablando de banderas que resultan desconocidas para el gran público porque han participado países como Luxemburgo, Liechtenstein, Mónaco, San Marino, Malta… No queríamos problemas con algo tan importante como el símbolo de cada una de las naciones que iba a participar en el evento, así que contactamos con Fábrica Banderas porque teníamos entendido que proporcionaba una variedad de enseñas nacionales muy amplia. El tiempo nos terminó diciendo que no nos estábamos equivocando.
La verdad es que la organización de los Juegos fue algo espectacular y que todo salió a la perfección. No hubo un solo representante de ningún país que tuviera alguna mala experiencia en Andorra durante el transcurso del evento. Y eso dice mucho de nosotros, principalmente que somos un país que seguramente esté preparado para albergar un montón de eventos más. Por muy pequeño que sea nuestro país y la geografía de la que dispone, no nos cabe la menor duda de que Andorra está preparada más que de sobra para muchas cosas más allá que para ser residencia fiscal de algunos millonarios…
Ha sido la tercera vez que Andorra celebra un evento como del que estamos hablando. La primera fue en el año 1991, mientras que la segunda llegó 14 años más tarde, en 2005. Ahora acaba de finalizar con éxito la tercera y está claro que, más pronto que tarde, los ojos de los organizadores del evento volverán a recaer en Andorra porque saben que es un lugar en el que se pueden celebrar perfectamente este tipo de cosas, incluso en un contexto en el que la cantidad de deportes está subiendo y la complejidad de poder organizar estos Juegos se está desarrollando.
Una evolución espectacular en los resultados de Andorra
Desde la celebración de los últimos Juegos de este tipo hasta los de este año han pasado dos años. Y los resultados de Andorra han evolucionado de una manera espectacular. En 2023, Andorra consiguió un total de 21 medallas, siendo solamente 4 de ellas de oro, 7 de plata y 10 de bronce. Se quedó octava en el medallero de un total de 9 países. Este año, las cosas han salido mucho mejor porque se han obtenido un total de 38 medallas, casi el doble que la última vez. En este caso, han sido 13 de oro, 11 de plata y 14 de bronce para un más que meritorio sexto puesto en el medallero.
El caso es que Andorra tiene la posibilidad de seguir creciendo en este sentido. Por delante del país pirenaico se encuentran Malta o Mónaco en cuanto a número de medallas en los Juegos de este 2025. Existe la capacidad para superarles. Otra cosa es que podamos superar a países como Islandia o Chipre, que están más acostumbrados a competir con todos los países de Europa en casi todos los deportes y que suelen ser los que dominan en situaciones deportivas como de las que hemos venido hablando a lo largo de todos estos párrafos. La verdad es que ojalá Andorra pueda competir con esos dos países aunque sea a largo plazo. La evolución que hemos seguido en los últimos años invita al optimismo.
Eventos supranacionales que también se producen en el campo de la política
Andorra también ha sido el escenario de cumbres políticas entre pequeños estados europeos que tienen cosas en común y que tienen muchas cosas que ganar. En una noticia publicada en la página web del diario La Vanguardia se informaba de que los pequeños estados de Europa reafirmaban en Andorra su voluntad de cooperación. La reunión se produjo días antes de la celebración de los Juegos a los que me he estado refiriendo a lo largo de todo el artículo y el tema del que se estuvo hablando a lo largo de todo el evento estuvo ligado a los principales retos globales a los que se enfrenta la sociedad en los tiempos que corren. Es muy importante que los pequeños Estados de Europa también ofrezcan su hombro en la colaboración con este tipo de temas a pesar de que sean más pequeños y tengan menos fuerza en muchas cosas que países como Alemania, Francia, Reino Unido o España.
Lo que es evidente es que Andorra ha mostrado que es un país acogedor para todo el mundo y que tiene la capacidad para organizar algunas de las cosas de las que hemos hablado. Y esa es una apuesta que habla bien de esta porción de territorio a la que tanto quiero y que tengo que confesar que me lo ha dado todo en esta vida.