Elaborar cerveza en casa es una excelente manera de iniciarse en un nuevo pasatiempo y, al mismo tiempo, personalizar la bebida que prefiera. El proceso puede parecer un poco intimidante al principio, pero siguiendo los pasos que se indican a continuación, podrás elaborar cerveza de excelente calidad en casa en muy poco tiempo.
Para hacer cerveza en casa, primero reúne el equipo y los ingredientes. Luego, desinfecta todo, llena la olla y calienta el agua, machaca la mezcla, retira los granos y hierve el mosto. Después, deja que el mosto se enfríe y fermente. El embotellado se realiza poco después.
Elaborar cerveza casera no tiene por qué ser complicado. En este artículo, te explico paso a paso cómo hacer cerveza en casa de forma sencilla y básica.
1. Reúne tu equipo
Elaborar cerveza es un arte, y el arte requiere las herramientas adecuadas. Reunir el equipo antes de empezar a elaborar cerveza garantiza que tendrás todo lo necesario a mano cuando lo necesites.
Además, muchas de las herramientas necesarias para elaborar cerveza son especializadas y están hechas exclusivamente para este fin. Es posible que tengas que ir al mercado (o a Amazon).
Las herramientas necesarias para elaborar tu propia cerveza son:
- Caldero de cerveza: Recipiente para hervir el mosto.
- Un fermentador con válvula de aire: El recipiente donde fermenta la cerveza. La válvula de aire impide que el oxígeno entre en contacto con la cerveza y la dañe durante la fermentación.
- Cuchara removedora: Se utiliza para remover; la cuchara evita que la infusión se derrame durante la ebullición.
- Un hidrómetro: Mide la densidad inicial y final de la cerveza, ayudándote a saber cuándo ha finalizado la fermentación.
- Un sifón automático: Esta herramienta trasladaba sin problemas la bebida de un recipiente a otro.
- Desinfectante: Cumple la función esencial de mantener limpio el equipo.
- Botellas: Una vez elaborada la cerveza, deberás envasarla en botellas.
- Tapones de botella: Para sellar las botellas y mantener la cerveza fresca.
Por supuesto, también necesitarás ingredientes. Los elementos necesarios dependen de cómo planees elaborar tu cerveza.
Algunos cerveceros utilizan un kit de elaboración de cerveza, que requiere diferentes aditivos.
2. Reúne tus ingredientes
La elaboración casera de cerveza es la alquimia que transforma materias primas en una cerveza singular y única. Todos los tipos de cerveza utilizan los mismos ingredientes básicos:
- Malta.
- Lúpulo.
- Levadura.
- Agua.
La calidad y el tipo de ingredientes que selecciones determinarán el tipo de cerveza que elaborarás.
Malta
La malta aporta muchas de las propiedades fundamentales de la cerveza. Todos los aspectos estéticos de la cerveza dependen de la malta. La malta le da a la cerveza color, sabor y su característica espuma.
Lo más importante es que la malta proporciona los azúcares necesarios para el proceso de fermentación.
Lúpulo
El lúpulo aporta sabor y amargor a la cerveza. Son las flores que se cosechan de la planta Humulus lulus y que proporcionan estabilidad a la cerveza y ayudan a clarificarla.
La finalidad principal de este ingrediente es realzar el sabor de la cerveza, y su efecto en la misma depende del tipo de lúpulo utilizado.
Levadura
La levadura produce el alcohol en la cerveza al consumir los azúcares de la malta. La reacción química que se produce al introducir la levadura en la cerveza genera tanto alcohol como carbonatación.
La levadura también aporta sabor y aroma a tu pinta.
Agua
El agua lo mantiene todo unido. El líquido es el lienzo que utilizas para crear tu obra maestra, así que usa uno de buena calidad.
El agua del grifo sirve, pero para disfrutar de la mejor cerveza, date el gusto y usa agua filtrada o embotellada.
3. Limpia todo
Estás elaborando algo que la gente va a ingerir, así que debes desinfectar minuciosamente todo tu equipo. Además, la cerveza es susceptible a infecciones que pueden echar a perder todo tu trabajo.
Asegurarse de que su equipo esté impecablemente limpio combate las bacterias intrusivas que intentan destruir su cerveza.
Los mejores desinfectantes para elaboración casera de cerveza no requieren enjuague, por lo que se pueden usar inmediatamente después del proceso de limpieza.
Desinfectar con frecuencia. Siempre que se utilice un agitador o herramienta y se retire del líquido, debe volver a desinfectarse.
4. Llena tu olla
Vierte 7,2 galones (32,73 litros) de agua en tu olla de cocción. Si usas agua embotellada, déjala reposar durante 24 horas. Esto eliminará el cloro, que produce clorofenoles en tu cerveza.
Los clorofenoles arruinarían tu cerveza. Este compuesto le da a la cerveza un sabor desagradable.
5. Calienta el agua
Lograr la temperatura perfecta del agua es esencial para la fase de maceración en la elaboración de cerveza. El objetivo es mantenerla entre 65.55° – 68.33°C.
Aprovecha este tiempo para que la levadura alcance la temperatura ambiente.
6. Triturar la mezcla
Añade los granos al agua caliente para hacer un puré. Al añadirlos, los granos pueden formar grumos, así que remueve de vez en cuando para conseguir una textura suave.
Los granos disminuirán la temperatura del líquido, por lo que deberá dejar tiempo para que la mezcla recupere el calor perdido y alcance los 76,66 °C. Esto debería tardar aproximadamente una hora.
La fase de maceración tiene como función esencial liberar los azúcares de los granos. Estos azúcares fermentan y producen alcohol. El líquido resultante se llama mosto.
7. Retira los granos
Los granos ya han cumplido su función y su propósito, y es hora de retirarlos de la ecuación.
Si has utilizado una cesta para granos, déjala colgar por encima de la olla para que el mosto pueda escurrir de los granos y volver al recipiente.
Los cerveceros que guardan sus granos en sacos deben dejar que el mosto gotee, pero nunca apretarlo, ya que eso libera los taninos.
8. Hervir el mosto
Lleva el mosto a ebullición. Los cerveceros añaden lúpulo a la cerveza durante la fase de ebullición.
Los niveles de lúpulo varían de una receta a otra, pero generalmente, se agregan este ingrediente con tres propósitos únicos: amargor, sabor y aroma.
Lúpulo amargo
El lúpulo amargo se añade primero a la cerveza. Estos granos necesitan entre 30 y 60 minutos de ebullición.
Comprueba tu receta para determinar el tiempo, pero ten en cuenta que la mayoría de las recetas utilizan el tiempo restante de la ebullición para indicar cuándo añadir el lúpulo.
Por ejemplo, el lúpulo que necesita 60 minutos debe añadirse cuando a la cerveza solo le queden 60 minutos de ebullición.
El lúpulo amargo contrarresta el dulzor de la cerveza. Todos los tipos de cerveza contienen algunos de estos ingredientes. Estos granos ayudan a conservar la cerveza y prolongar su vida útil.
Lúpulo aromatizante
El lúpulo aromatizante no hierve el tiempo suficiente para aportar amargor a la cerveza. Estos granos le dan un sabor fresco sin resultar astringentes.
La cantidad exacta de sabor que aportan depende del tiempo de cocción.
Los cerveceros añaden lúpulo aromatizante cuando quedan entre 13 y 30 minutos de ebullición.
Lúpulo aromático
El lúpulo aromático cumple la función que su nombre indica: aportar un aroma agradable a la cerveza. El aceite del grano es el que proporciona el aroma.
Esta sustancia se evapora rápida y fácilmente, por lo que solo debe añadirse muy cerca del final de la ebullición.
En general, lo mejor es añadir el lúpulo aromático cuando queden unos cinco minutos de ebullición o al apagar el fuego.
9. Enfría el mosto
Antes de añadir la levadura, hay que enfriar el mosto. La levadura necesita temperaturas más bajas para sobrevivir, y el mosto estaba hirviendo.
El enfriamiento rápido del mosto también induce la sedimentación en frío. Esta sedimentación provoca que los sólidos indeseables se depositen en el fondo del mosto. Este paso contribuye a obtener una cerveza final más clara.
Las distintas levaduras de cerveza funcionan mejor a diferentes temperaturas; para la levadura ale, enfríe el mosto a entre 20 °C – 22,22 °C; para la levadura lager, enfríe el mosto a entre 7,22 °C – 13,88 °C.
Enfriar el mosto es relativamente sencillo mediante uno de dos métodos: enfriarlo en el fregadero o utilizar un enfriador de mosto.
Enfriando el mosto en el fregadero
Este método funciona mejor con pequeñas cantidades de cerveza. Llena el fregadero con agua fría y coloca la olla dentro. Remueve suavemente el agua; el calor se transferirá de la olla al agua fría.
El agua debe estar fría para bajar la temperatura del mosto, así que cámbiala cada cinco a siete minutos.
Una vez que el agua de la olla esté fría al tacto, añada hielo. Use entre 1,36 y 1,81 kg de hielo por cada 3,8 litros de mosto que esté enfriando. Añada más hielo a medida que se derritan los cubitos.
Una vez que el hervidor se haya enfriado, comienza a controlar la temperatura del mosto. No conviene que el líquido baje de la temperatura indicada, así que toma lecturas frecuentes.
Enfriadores de mosto
Un enfriador de mosto es una inversión, pero puede ser un gasto que valga la pena si se pretende elaborar grandes cantidades de cerveza casera.
Los enfriadores de mosto funcionan mucho más rápido que otros métodos, indican los profesionales de Boada. Además, trasladar recipientes grandes o ollas con mosto caliente al fregadero puede provocar derrames o quemaduras. El enfriador de mosto se coloca dentro del recipiente.
Un enfriador de mosto es un tubo en espiral con dos aberturas. Conecte una abertura a una fuente de agua y mantenga la otra en un fregadero o cubo; cualquier recipiente que pueda recoger agua.
Desinfecta primero el enfriador y luego sumérgelo en el mosto caliente. Abre el grifo de agua fría.
El fluido refrigerado se mueve a través de la serpentina, absorbiendo el calor del mosto circundante, para luego ser impulsado hacia el recipiente de líquido desechado.
El flujo continuo garantiza una fuente constante de agua de refrigeración que extrae continuamente el calor del mosto.
Remueve el mosto cada cinco minutos para asegurar un enfriamiento uniforme. Empieza a tomar lecturas de temperatura una vez que el hervidor esté frío al tacto.
Mide la temperatura cada cinco minutos hasta alcanzar el nivel deseado.
10. Fermentar
Una vez que el mosto se haya enfriado a la temperatura adecuada, vierta el líquido en el fermentador.
Separa una pequeña muestra para determinar la densidad inicial de su cerveza. Remueve el mosto para airearlo.
Vierte el sobre de levadura abierto directamente en el fermentador y remueve o agita el mosto para una mayor aireación. Esto ayuda a que la levadura acceda al oxígeno necesario para la fermentación.
Cierra el fermentador, pero añade un tapón de fermentación. El tapón es esencial; permite la salida del dióxido de carbono e impide que entren contaminantes en la cerveza.
11. Determinar la gravedad
Aunque este sea el paso más rápido y sencillo, es uno de los más importantes. Toma una muestra de tu cerveza y usa el hidrómetro para medir su densidad.
Asegúrate de que la temperatura de tu cerveza coincida con el nivel del hidrómetro. Anota el valor y no lo pierdas.
12. Espera
La espera es una realidad frustrante en la elaboración casera de cerveza. Si bien puede ser difícil, la paciencia es esencial para obtener un producto final delicioso. Deja fermentar tu cerveza casera durante dos semanas.
Una vez transcurrido ese tiempo, coge tu hidrómetro; es hora de otra lectura.
Mide la gravedad; la fermentación estará completa si la medición se encuentra entre un cuarto y un quinto de la lectura original.
13. Choque en frío
Este paso es opcional; si tienes prisa por disfrutar de tu cerveza, puedes omitirlo. Sin embargo, el enfriamiento rápido ayuda a clarificar la cerveza.
Baja la temperatura de tu cerveza a 0,55 °C y mantenla fría durante cuatro días. Esto eliminará las partículas residuales de tu cerveza.
14. Embotella la cerveza
Tu cerveza está casi lista y ahora necesita ser embotellada. Comienza preparando una solución de azúcar para el carbonatado.
La solución de azúcar para el cebado es esencialmente un jarabe simple; basta con añadir el ingrediente al agua hirviendo y luego dejar enfriar.
El azúcar de cebado completa el proceso de carbonatación en la botella, así que no olvides añadirlo a tu cerveza. Una vez que la solución esté fría, mézclala con la cerveza.
Trasvasa la cerveza de la olla de cocción a un cubo de embotellado. Esto mezclará mejor el azúcar de carbonatación y facilitará un embotellado óptimo.
Los cubos de embotellado tienen un práctico grifo que permite transferir limpiamente la cerveza a las botellas.
Desinfecta las botellas y las tapas, y empieza a servir la cerveza. Llena las botellas hasta el borde; el sifón conserva el espacio de aire necesario. Tapa las botellas.
15. Espera
Conserva la cerveza a temperatura ambiente durante al menos dos semanas.
El proceso de carbonatación debe completarse dentro de la botella, y es necesario dejar el tiempo suficiente para que finalice. Refrigera las botellas hasta que estén frías.
16. ¡Disfruta!
¡Lo lograste! Tu cerveza está lista y ahora puedes probarla. Le has dedicado mucho tiempo y esfuerzo, así que, con suerte, has alcanzado el nivel de calidad y personalización que buscabas. Si no, siempre puedes tomarlo como una experiencia de aprendizaje y mejorar tus habilidades en la próxima tanda que prepares.
Elaborar cerveza en casa requiere tiempo y paciencia. Sin embargo, siguiendo estos pasos básicos, podrás crear tus propias cervezas, elaborar bebidas nuevas y originales, e impresionar a tus amigos.
Recuerda desinfectar con frecuencia y ten paciencia para obtener la mejor cerveza posible.

