El sector industrial es ahora más competitivo que en ningún otro momento de la Historia. La sociedad y las empresas continúan necesitando los productos que se van construyendo en las fábricas y la verdad es que la rapidez y la eficiencia se han convertido en elementos indispensables para continuar siendo entidades de referencia para los clientes y los potenciales clientes. En todas las empresas hay personas encargadas de velar por una mejora en la productividad de la gente, algo que en muchas ocasiones va a depender del tipo de herramientas que se encuentran en la fábrica y que nos permiten potenciar las capacidades humanas.
En una información publicada en la página web de Sage, se mencionan asuntos que limitan de alguna manera esas capacidades humanas y que vamos a mencionar a continuación:
- La falta de formación es una de las más importantes. De nada sirve tener las mejores herramientas si luego no vamos a ser capaces de usarlas o de sacarles el mejor rendimiento posible. Este no es un problema de la herramienta en sí, tiene que quedar claro. El problema es la falta de la provisión de aprendizaje por parte de la empresa.
- Las jornadas laborales extensas son contraproducentes. Se solían establecer porque se entendía que mejoraba la productividad, pero la realidad ha demostrado que no es así ni mucho menos porque, después de algunas horas de intenso trabajo, la eficiencia se reduce de una manera más que considerable. Y más si estamos hablando de un trabajo en el que dependemos del físico.
- El multitasking, la realización de varias tareas simultáneas, es algo que no ayuda en absoluto porque reduce la capacidad de concentración una auténtica barbaridad. Las empresas deben estar más pendientes de esto porque la mayoría tienen personas en plantilla que se encargan de varios asuntos al mismo tiempo.
- El clima laboral es clave. Si es malo, los empleados estarán más pendientes de lo que hacen o dicen las personas que tienen al lado en lugar de estar pendientes de todo lo que está relacionado con su trabajo y la operatividad con sus máquinas o equipos.
- La falta de promoción interna es otro problema porque afecta de una manera directa a la motivación del personal. Y ya sabéis que, sin motivación, sería completamente imposible que una persona fuera eficaz en la realización de su trabajo. Es algo que ya ha sido demostrado en múltiples ocasiones.
Pero hay otras cosas que también pueden tener una influencia en lo que tiene que ver con la productividad de las personas que forman parte de una fábrica, que como sabéis es un negocio en el que cada persona es un eslabón y cumple con un cometido muy concreto que es fundamental para que el producto que estamos creando salga lo mejor posible, listo para que el cliente final pueda consumirlo y disfrutarlo del modo en que deseamos para que, por tanto, repita la experiencia. Eso es lo que nos va a proporcionar los beneficios y la rentabilidad que estamos buscando en todo momento.
Hay diversos suministros que van a jugar un papel muy importante en la consecución de este objetivo. Podríamos hablar de la electricidad, del agua o del gas natural. Tendríamos que hacer un esfuerzo para poder comprobar cómo sería un día a día en una fábrica sin estos suministros. Buena parte de las máquinas, desde luego, ni siquiera podrían operar. El proceso de producción se estancaría y no podríamos servir los pedidos que tenemos en espera. La imagen de una empresa que no cumple con los pedidos que tiene que servir es bastante lamentable y, en un momento como el actual, en el que el marketing digital ha permitido que todo el mundo tenga acceso a reseñas sobre nuestro negocio.
El cuarto de los suministros que es fundamental para garantizar la rutina habitual en una fábrica, tras la electricidad, el agua o el gas natural, es el aire comprimido. Pero, como todo, hay que garantizar que el aire comprimido disponga de una buena calidad. El secreto para conseguirlo nos lo han indicado desde Airmac Compresores, cuyos principales consejos tienen que ver con la instalación de tuberías que minimicen las pérdidas de presión, el correcto dimensionamiento de los conductos y, como no podía ser de otra manera, con la implementación de sistemas basados en el tratamiento del aire para eliminar la humedad y las impurezas.
Si habéis trabajado en una fábrica, sabréis la relevancia que tiene cuidar del proceso de producción y de todas las herramientas y suministros que son necesarios para garantizar su funcionamiento. Que se pare la producción durante un espacio corto de tiempo, como lo puede ser una hora, implica graves problemas porque es necesario que las máquinas se reinicien (lo cual lleva asociado un coste importante) y que buena parte de las mercancías no lleguen a salir ya fabricadas ese día. Esto supone pérdidas económicas que pueden ser bastante perjudiciales sobre todo si vamos un poco al límite con los ingresos. Por tanto, garantizar todos los suministros es algo básico y que siempre ha de ser tenido en cuenta por todos los responsables del proceso.
Prestad atención a la higiene y los elementos de seguridad
En una fábrica, existen riesgos que van asociados a la actividad que estamos desempeñando. Todos los empleos tienen algún riesgo asociado y por eso existen departamentos y sistemas de prevención de riesgos laborales, pero estaréis de acuerdo con nosotros cuando decimos que, en una fábrica, los riesgos son mucho más grandes que en una oficina. Un entorno industrial contiene maquinaria, se puede ensuciar fácilmente y siempre requiere de cuidado cuando se está operando con algo que funciona con electricidad, por ejemplo. Tener cuidado y tomar las precauciones necesarias para evitar los riesgos que todo eso supone es fundamental para que no tengamos que padecer ningún contratiempo ni accidente.
Queremos detenernos en un aspecto como lo es la higiene. Cuando un entorno de trabajo está sucio y no se suele limpiar con regularidad, los riesgos se multiplican de una manera exponencial. La suciedad es una de las grandes responsables de que se produzcan resbalones y caídas por parte de los operarios… y también está detrás de los problemas de funcionamiento de muchas máquinas, máquinas que además pueden estropearse. La suciedad, por otra parte, no es la mejor aliada cuando se produce un incendio puesto que puede ayudar a que se propague. En resumidas cuentas, es indispensable que la entidad disponga de un servicio de limpieza que se encargue de tenerlo todo lo más cuidado y limpio posible. Este consejo, por cierto, es algo que tanto las fábricas como las empresas que simplemente cuentan con oficinas deben tener en consideración.
La suciedad es una de las causas que también pueden conducir a la ineficiencia en la cadena de producción. Cuando un operario se encuentra con un entorno que no está cuidado y que no está limpio, lo lógico es que tarde más en realizar su trabajo que si la situación fuera diferente. Y, además, el proceso también se puede ralentizar por lo que estábamos diciendo más arriba en relación a los problemas de funcionamiento que pueden tener las distintas máquinas si no son limpiadas de manera regular. Aunque parezca increíble, hay un montón de empresas que todavía no apuestan por esto y que, como es lógico, sufren las consecuencias de mantener sus instalaciones en unas condiciones que no son precisamente las mejores para las distintas personas que operan en ellas.
Cualquier detalle es importante para cuidar de la seguridad y la eficiencia en el trabajo. Los ejecutivos y los encargados son las personas que deben velar principalmente por el cumplimiento de este tema y la verdad es que de sus diagnósticos depende en buena medida la cantidad de posibilidades de éxito que tenemos a la hora de desarrollar los distintos procesos. Una empresa en la que no se trabaja con seguridad no va a ser una empresa eficiente. De hecho, no va a ser ni siquiera una empresa estable puesto que van a ser muchos los trabajadores y trabajadoras que decidan abandonarla por otra en la que si se apueste por su bienestar físico.
Uno de cada cinco personas activas en España se dedica a la industria
Así es como lo podemos comprobar en un gráfico publicado por el portal web Statista, que analiza el porcentaje de personas activas que se dedican a cada uno de los tres sectores. El sector servicios es el que más gente emplea con diferencia, más o menos a un 76% de las personas, pero la industria sigue copando una parte importante con un 20%. Se trata de un porcentaje que se ha mantenido bastante estable a lo largo de la última década y que, a buen seguro, va a continuar siendo bastante parejo en los años que están por venir.
Lo que está claro es que el sector industrial es lo suficientemente relevante como para que cuidemos de todo lo que tiene que ver con él y con las personas que, día a día, ofrecen su fuerza de trabajo para que siga siendo tan importante como hasta ahora.