Desde la pandemia de COVID-19, se ha observado un notable aumento en las reformas integrales de viviendas, un fenómeno que ha transformado la manera en que las personas conciben y utilizan sus espacios habitacionales. Este crecimiento no ha sido casual, sino una respuesta directa a los cambios drásticos en los hábitos de vida que trajo consigo el confinamiento, el teletrabajo y la necesidad de adaptar los hogares a nuevas exigencias personales y profesionales.
Durante los meses más intensos de encierro, muchos se dieron cuenta de las carencias funcionales y estéticas de sus hogares. Espacios que antes servían únicamente como lugar de descanso comenzaron a desempeñar múltiples funciones: oficina, aula escolar, gimnasio, e incluso zona de recreo. Este cambio de paradigma impulsó a miles de personas a replantearse el diseño de sus viviendas, priorizando la comodidad, la versatilidad y el bienestar. Como resultado, las reformas integrales se han convertido en una tendencia al alza en el sector de la construcción y la decoración de interiores.
Uno de los principales motivos de este auge es la necesidad de optimizar el espacio y es que los hogares con distribuciones tradicionales, con muros que separaban de forma estricta las estancias, han dado paso a diseños más abiertos y funcionales. Se ha buscado integrar ambientes, derribar tabiques y ganar luminosidad natural, con el fin de crear sensaciones de amplitud y continuidad visual. Cocinas abiertas al salón, dormitorios con zonas de trabajo y baños con detalles de spa son algunos de los cambios más solicitados. La idea es que cada rincón de la casa aporte valor y se adapte a un estilo de vida más dinámico.
Otro factor que ha influido en este fenómeno es la revalorización del hogar como refugio y como expresión de identidad. Tras pasar tanto tiempo dentro de casa, muchas personas comenzaron a darle mayor importancia a la estética, la funcionalidad y la calidad de los materiales. En este sentido, desde Kouch & Boulé nos explican que el diseño de interiores ha ganado protagonismo, y con ello, la contratación de profesionales que asesoren en la creación de ambientes acogedores, personalizados y sostenibles. Además, nos cuentan que las tendencias actuales apuntan a una mayor conciencia ecológica, con el uso de materiales reciclables, soluciones de eficiencia energética y tecnologías inteligentes para la gestión del hogar.
Asimismo, el auge del teletrabajo ha sido un catalizador importante, puesto que, al establecer la oficina en casa como una realidad duradera, muchas familias han tenido que adaptar sus viviendas para incluir despachos o zonas de trabajo cómodas, bien iluminadas y aisladas del ruido. Esta necesidad ha dado lugar a reformas específicas orientadas a mejorar la conectividad, la acústica y la ergonomía. Ya no se trata solo de tener un escritorio y una silla, sino de crear un entorno que favorezca la productividad sin comprometer la estética del hogar.
También cabe mencionar que la disponibilidad de financiación accesible, así como los incentivos gubernamentales en algunos países para mejorar la eficiencia energética de las viviendas, han facilitado el acceso a las reformas integrales. Las personas han visto en estas mejoras una inversión a largo plazo, tanto en términos de confort como de valorización del inmueble. El hogar ya no es solo un lugar para vivir, sino también un activo que puede aumentar su valor gracias a una renovación bien ejecutada.
¿Cuánto cuesta una reforma integral de una vivienda?
El coste de una reforma integral de una vivienda puede variar de forma significativa en función de múltiples factores, entre ellos el tamaño del inmueble, su estado previo, el tipo de materiales que se elijan, la calidad de los acabados y la ubicación geográfica. Uno de los elementos más determinantes en el precio es la superficie total por reformar. Por norma general, se estima que una reforma integral puede costar entre 400 y 1.500 euros por metro cuadrado. Esta horquilla tan amplia refleja las diferencias entre una intervención básica y una reforma de alta gama, que incluye diseño personalizado y materiales de primera calidad.
Para una vivienda media de 80 metros cuadrados, el coste total puede ir desde unos 32.000 euros en una reforma sencilla, hasta más de 100.000 euros si se opta por un proyecto más completo y ambicioso. En términos generales, una reforma de gama media suele situarse en torno a los 50.000 o 60.000 euros, incluyendo trabajos como renovación de instalaciones eléctricas y de fontanería, cambio de suelos, pintura, puertas, ventanas, y la reforma completa de cocina y baños. Si se desea realizar cambios estructurales o mejorar el aislamiento térmico y acústico, el presupuesto puede aumentar considerablemente.
Además del coste de la obra en sí, es importante tener en cuenta algunos gastos adicionales que pueden tener un impacto relevante. Las licencias de obra y permisos municipales son obligatorios en la mayoría de los casos y su coste puede oscilar entre los 500 y los 2.000 euros, dependiendo del municipio. A esto hay que sumar, si se requiere, los honorarios de arquitectos, aparejadores o interioristas, que suelen cobrar entre un 5% y un 12% del presupuesto total de la reforma. También debe contemplarse el IVA, que en muchas reformas de viviendas habituales se aplica con un tipo reducido del 10%, siempre que se cumplan ciertos requisitos.